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Embarazo y parto. Recomendaciones para madres y padres
Capítulo IV
1. EMBARAZO
1.1. ¿Estoy embarazada?
1.2. Fecundación
1.3. El desarrollo de tu hijo antes de nacer
1.4. Las revisiones sanitarias
durante el embarazo
1.4.1. La consulta preconcepcional
1.4.2. El seguimiento del embarazo
1.4.3. Señales de alerta durante el embarazo
1.5. Cambios de la madre
durante el embarazo
1.5.1. Cambios en el cuerpo
1.5.2. Cambios en los sentimientos
1.5.3. Cambios en el entorno familiar y social
Ser padres es cosa de dos
Madre sin pareja
Las abuelas y los abuelos
Hermanas y hermanos
Las amistades
1.6. Cómo cuidarse durante el embarazo
1.6.1.Alimentación
Grupos de alimentos
Recomendaciones para una buena digestión
1.6.2. Sustancias tóxicas y agentes peligrosos
Tabaco
Alcohol
Drogas
Estimulantes
Medicamentos
Radiaciones
1.6.3. Higiene y Belleza
El baño y ducha
La piel
El cabello
La depilación
La boca
La higiene íntima
El sol
Ropa y calzado
1.6.4. Cuidados posturales
1.6.5. Sueño y descanso
1.6.6. Ocio y deportes
1.6.7.Viajes
1.6.8. Trabajo
El trabajo en el hogar
El trabajo fuera del hogar
1.6.9. Sexualidad
1.7. Preparación a la maternidad
1.7.1. La educación maternal en grupo
Sesiones
Ejercicio Físico
Tipos de respiración
La relajación
1.7.2. Preparativos para el parto y recién nacido
1.7.3. Preparación para la lactancia
1. EMBARAZO
1.6.3. HIGIENE Y BELLEZA
El baño y ducha
Durante el embarazo sudarás más, por lo que es conveniente que te bañes o duches
a diario con agua templada. En las piernas,
para prevenir la aparición de varices
alterna el agua fría y caliente, terminando
con la fría. La ducha, además de refrescarte,
tonificará tu piel y te relajará.
Atender tu cuidado
personal es muy
importante.
La piel
En tu estado, la piel tiende a resecarse y deshidratarse y por eso es mejor que uses jabones suaves y neutros.
También conviene que uses cremas o aceites hidratantes para evitar que la piel se seque y pierda flexibilidad. Esto es especialmente importante en las zonas del cuerpo que van a sufrir un mayor estiramiento (vientre, pecho, parte superior de los muslos, etc.). Es bueno aplicarlas dando masaje superficial hacia arriba, siempre en dirección hacia el corazón
y de forma suave.
El cabello
Utiliza “Champús suaves” y evita productos que puedan dañar tu cabello. Es bueno darse un par de cortes en las puntas a lo largo de estos meses para darle más fuerza y
belleza.
La depilación
Evita la depilación con cera caliente, puede favorecer la aparición de varices. Usa otros sistemas, como la cera fría, las pinzas o algún aparato eléctrico.
La boca
El cepillado de los dientes debe realizarse dos o tres veces al día, después de cada comida para evitar la aparición de caries. Es conveniente
acudir al dentista al principio del embarazo.
No es cierto que cada embarazo
cueste un diente.
La higiene íntima
Lo más adecuado es que te laves los genitales externos
durante la ducha y utilices
ropa interior de algodón,
cambiándola cuantas veces te
apetezca. El uso de pequeñas
compresas (salvaslip)
no es recomendable, porque
no dejan que la piel transpire
con normalidad.
Tampoco son aconsejables los desodorantes vaginales. Si necesitas
asearte más de una vez al día, hazlo sólo con agua.
El sol
En caso de que aparezcan manchas en la cara no se recomienda la exposición al sol ni utilizar cremas despigmentantes.
El sol es peligroso si se abusa
de él. Tómalo con moderación
y siempre usando cremas con
factor de protección solar.
Ropa y calzado
Hasta después de los tres meses de embarazo no suele ser necesario que cambies tu ropa habitual por ropa
amplia, ya que los cambios externos son aún pequeños,
salvo el aumento de tamaño del pecho.
Necesitarás un sujetador apropiado para proteger las
mamas; si éste no es adecuado puedes desarrollar más
estrías. La mujer con mamas grandes puede sentirse
aliviada usando un sujetador ligero durante la noche.
Evita el uso de prendas que te opriman o que dificulten
la circulación sanguínea (calcetines, ligas, etc.).
Es conveniente que comiences cuanto antes a usar calzado
de tacón bajo y base ancha.
1.6.4. CUIDADOS POSTURALES
Desde que te levantas hasta que te acuestas debes tener en cuenta la postura
correcta y realizar los movimientos y esfuerzos cotidianos de manera
que la columna vertebral soporte la menor carga posible.
Lo más importante es que en determinadas actividades de la vida diaria, por
ejemplo levantarte de la cama, agacharte, planchar, pasar la aspiradora, llevar
bolsas, llevar en brazos a un niño o niña, etc., la columna permanezca
en una posición equilibrada, es decir, ni muy curvada a la derecha ni a la
izquierda, ni excesivamente flexionada hacia delante o hacia detrás.
1.6.5. SUEÑO Y DESCANSO
Durante el embarazo debes dormir, al menos, ocho
horas al día y es conveniente que realices pequeños
descansos durante el día para reponer fuerzas.
Siempre que sea posible descansa en un sillón que te
permita tener la espalda bien adaptada al respaldo y
las piernas en alto. Al levantarte del sillón debes apoyar
las manos en el reposabrazos para ayudarte.
El descanso en la cama, tanto para reposar como para
dormir, debe ser lo más cómodo posible para ti, por lo
que el colchón y la almohada deben adaptarse a tu
constitución y descanso.
1.6.6.OCIO Y DEPORTE
Las actividades de ocio, tanto en casa como al aire libre, son muy aconsejables
y las puedes realizar hasta el final del embarazo.
Aprovecha cualquier ocasión para moverte y respirar aire puro, dando un
paseo por el barrio, parque, el campo, la playa…
Puedes practicar aquellos deportes que no supongan esfuerzo o movimientos
bruscos y que no sean competitivos. Vienen bien la natación, andar…
Es recomendable que se realicen al menos tres veces por semana, sean de
corta duración y no te provoquen cansancio.
1.6.7. VIAJES
En general, salvo contraindicación médica,
puedes viajar utilizando todos los medios
de locomoción, excepto los desplazamientos
en moto que están desaconsejados.
Cuando utilices el coche para desplazarte,
debes parar cada dos horas con el fin de
estimular la circulación sanguínea de retorno
y el estiramiento muscular, paseando
entre cinco y diez minutos.
1.6.8.TRABAJO
El embarazo es un proceso natural, que no debe afectar a la vida cotidiana que llevabas a cabo hasta ese momento.
El trabajo en el hogar
El trabajo de la casa supone muchas horas de esfuerzo, atendiendo las
demandas físicas y emocionales de la
familia. Es importante que organices
bien las tareas que realizas en el
hogar y que incluyas descansos y
tiempo para ti.
En el trabajo cotidiano de la casa hay
que procurar no estar mucho tiempo
de pie, mejor sentada y buscar posturas
cómodas que favorezcan la
circulación y protejan la espalda.
Los productos de limpieza pueden ser
dañinos. No los mezcles porque pueden
producir intoxicaciones por contacto
o inhalación (al respirarlos).
La actividad moderada
favorece la evolución del
embarazo y el parto.
El trabajo fuera del hogar
No hay inconveniente en que sigas realizando tu trabajo fuera de casa, pero es importante tener en cuenta los factores de riesgo que puedan existir en tu puesto de trabajo.
Si tienes dudas sobre algún factor que pueda constituir un riesgo para tu embarazo, consulta con los profesionales sanitarios que vigilan tu gestación.
Es importante que recuerdes:
Usar las medidas de protección y
las recomendaciones para tu
puesto de trabajo (cascos, guantes,
mascarillas).
La adaptación al puesto de trabajo
depende de tu propia constitución,
por tanto debes reajustar la
silla, mesa, teclado…
Realizar tu trabajo, mejor sentada
que de pie, si el trabajo lo permite.
Alternar, en lo posible, las tareas
que sean muy repetitivas.
Cambiar de postura cada dos
horas, siempre que sea posible.
Realizar en los descansos distintas
técnicas de relajación (ver apartado
de E. Maternal).
Busca el
equilibrio
entre trabajo y
descanso.
1.6.9. SEXUALIDAD
Las relaciones sexuales son una fuente de placer y de comunicación, por lo
tanto el embarazo es un buen período para seguir disfrutando de la sexualidad.
Tu cuerpo también se va a beneficiar de las relaciones sexuales, pues con ellas se
favorecen la elasticidad y flexibilidad de los músculos que intervienen en el parto.
Es frecuente que notemos cambios en el deseo sexual, dependiendo de las etapas
del embarazo y de nuestro estado de ánimo. En algunas personas puede
aumentar y en otras disminuir.
En el primer trimestre, las mamas aumentan su sensibilidad. Debido a esto,
puede que los primeros meses te molesten hasta los pequeños roces.
El miedo al aborto puede aparecer tanto en el hombre como en la mujer y puede
influir en el deseo sexual.
En las primeras semanas te puedes sentir cansada o con sueño, y esto puede
afectar tu deseo sexual, pero debes recordar que es una sensación pasajera propia
de los primeros meses.
Puedes mantener relaciones sexuales con penetración, salvo que existan problemas
que las contraindiquen.
En el segundo trimestre, al estar más avanzado tu embarazo, te sientes más tranquila y segura; esto se refleja también
en tu sexualidad, y puede ser el trimestre con mayor deseo sexual.
En el tercer trimestre el vientre va aumentando de tamaño. Esto no tiene
porqué alterar las relaciones sexuales, sólo hay que buscar posturas cómodas
y placenteras.
Sentir inseguridad y dudas en vuestras relaciones sexuales es normal.
Hablar sobre ello os ayudará a superar dificultades.
Lo mejor es que cada
pareja disfrute la
sexualidad según sus
gustos y deseos.
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