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Portada > La Maternidad > Embarazo y parto. Cap. I

Embarazo y parto. Recomendaciones para madres y padres

Foro de maternidad

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Capítulo I

1. EMBARAZO
1.1. ¿Estoy embarazada?
1.2. Fecundación
1.3. El desarrollo de tu hijo antes de nacer
1.4. Las revisiones sanitarias durante el embarazo
1.4.1. La consulta preconcepcional
1.4.2. El seguimiento del embarazo
1.4.3. Señales de alerta durante el embarazo
1.5. Cambios de la madre durante el embarazo
1.5.1. Cambios en el cuerpo
1.5.2. Cambios en los sentimientos
1.5.3. Cambios en el entorno familiar y social
Ser padres es cosa de dos
Madre sin pareja
Las abuelas y los abuelos
Hermanas y hermanos
Las amistades
1.6. Cómo cuidarse durante el embarazo
1.6.1.Alimentación
Grupos de alimentos
Recomendaciones para una buena digestión
1.6.2. Sustancias tóxicas y agentes peligrosos
Tabaco
Alcohol
Drogas
Estimulantes
Medicamentos
Radiaciones
1.6.3. Higiene y Belleza
El baño y ducha
La piel
El cabello
La depilación
La boca
La higiene íntima
El sol
Ropa y calzado
1.6.4. Cuidados posturales
1.6.5. Sueño y descanso
1.6.6. Ocio y deportes
1.6.7.Viajes
1.6.8. Trabajo
El trabajo en el hogar
El trabajo fuera del hogar
1.6.9. Sexualidad
1.7. Preparación a la maternidad
1.7.1. La educación maternal en grupo
Sesiones
Ejercicio Físico
Tipos de respiración
La relajación
1.7.2. Preparativos para el parto y recién nacido
1.7.3. Preparación para la lactancia

1. EMBARAZO

I.I. ¿Estoy embarazada?
El signo más evidente de embarazo es la falta de la regla o menstruación.
Si conoces tus ciclos menstruales te será más fácil darte cuenta del retraso.
Además puedes tener la sensación de hinchazón, hormigueo, e incluso molestias, en el pecho.
También puedes notar ligeras molestias en la parte baja del vientre, y en algunas ocasiones náuseas.
Es importante saber, lo antes posible, si estas embarazada.
El test de embarazo te lo puede confirmar en los primeros días de faltarte la regla o menstruación y puedes realizarlo acudiendo a tu Centro Sanitario.
Mientras tengas dudas de que puedes estar embarazada, cuídate como si lo estuvieras.
La confirmación y el seguimiento del embarazo es importante para tu salud y la de tu bebé.
Acude a tu centro sanitario lo antes posible.


I.2. Fecundación
Se denomina fecundación a la unión de un espermatozoide (que se encuentra en el semen masculino) con un
óvulo de la mujer. La unión del óvulo y el espermatozoide forman el “óvulo fecundado”, que irá cambiando y desarrollándose
hasta llegar a ser vuestro hijo o hija. En este pequeño organismo se encuentran ya determinadas algunas características,
como el sexo, color del pelo, color de los ojos,...

La fecundación se produce en la trompa (que es la parte del aparato genital que comunica el ovario con el útero). Desde allí el huevo, formado por la unión del espermatozoide y el óvulo, desciende hasta el útero donde se implantará e irá creciendo hasta el final del embarazo.

La fecundación se suele producir hacia la mitad del ciclo menstrual, unos 14 días después de la última regla.
Pero éste no es un dato fijo y varía mucho de una mujer a otra, sobre todo en función de la duración de su ciclo menstrual y por ello, el comienzo del embarazo se cuenta desde el primer día de la última regla.

La duración del embarazo se puede contar en días, semanas o meses. Así un embarazo dura 280 días, ó 40 semanas,
o 9 meses aproximadamente. Una forma sencilla para calcular la fecha probable del nacimiento de vuestro hijo o hija (aunque no es totalmente exacta) es contar 9 meses desde el primer día de la última regla y añadirle una semana.

El óvulo fecundado en su crecimiento da lugar, por un lado, al feto y por otro a la placenta con el cordón umbilical, las membranas ovulares (bolsa de las aguas) y el líquido amniótico (aguas).
Estos son los órganos de nutrición y comunicación entre la madre y el feto.

La placenta y el cordón umbilical

La placenta es fundamental para el desarrollo de vuestro hijo o hija. Gracias a ella, el futuro bebé puede alimentarse, tomar oxígeno y eliminar deshechos. Además actúa como un filtro, porque protege al feto de algunas sustancias nocivas o perjudiciales para él, evitando que pasen de la madre al feto.
El cordón umbilical es el órgano que comunica el feto con la placenta. Lleva al feto la sangre de la placenta, con las sustancias que lo alimentan y lo protegen de enfermedades.
Devuelve a la placenta la sangre del feto para limpiarla y oxigenarla.

Las membranas ovulares y el líquido amniótico

El feto se desarrolla dentro de una bolsa o saco (membranas ovulares) que contiene el líquido amniótico. Este líquido es claro y transparente y permite la movilidad del feto en su interior, protegiéndolo de golpes externos.

I.3. Desarrollo de tu hijo o hija antes de nacer

El desarrollo dentro del útero del nuevo ser pasa por dos fases:
1. La primera constituye el “Período Embrionario”, que comprende aproximadamente los primeros dos meses y medio.
2. La segunda se denomina “Período Fetal” y se inicia al terminar la anterior y comprende el resto del embarazo.


Al final del primer mes, el embrión mide medio centímetro y comienzan a formarse el cerebro, la columna, los riñones, el hígado, el aparato digestivo y lo que más adelante serán los brazos y las piernas.

En el segundo mes el embrión mide unos 2’5 cm. La cabeza está bien diferenciada y en ella se distinguen los ojos, la nariz, la boca y las orejas. También se diferencian bien los brazos y las piernas en sus distintas partes o segmentos. Los principales órganos se han formado y el corazón empieza a latir. Al final de este período el embrión mide unos 4 cm y se denomina feto.

Al tercer mes, el feto tiene una forma que recuerda a la especie humana. Es capaz de realizar movimientos por sí solo. Ahora mide entre 8 y 10 cm. Tiene una cabeza muy grande con relación a su cuerpo. En este momento su cuerpo se encuentra básicamente formado. A partir de ahora es capaz de deglutir o tragar, y en el aparato digestivo se acumula una sustancia de color verde llamada meconio que se irá expulsando durante los primeros días de vida.

Hacia el cuarto mes, los genitales externos están bien formados. La piel se va desarrollando y produce una sustancia blanquecina que se denomina “vermix”, que recubre al feto y contiene gran cantidad de grasa. Esta sustancia protege su piel del continuo contacto con el líquido amniótico en el que está inmerso y suele recubrir al feto hasta el nacimiento.

Entre los cuatro y cinco meses de embarazo empezaréis a notar cómo se mueve vuestro hijo o hija. Al principio se mueve muy suavemente y a veces tendréis dudas, pero más adelante, cuando se mueva con mayor fuerza, lo notaréis perfectamente. En estos meses es capaz de llevarse la mano a la boca, puede tener tos o hipo y suele a ratos dormir y despertarse sucesivamente.

Aproximadamente a los seis meses aparece el pelo en la cabeza. Crecen las cejas y las pestañas y todo su cuerpo se cubre de un vello muy fino que se denomina “lanugo”.
En esta fase pesa algo más de 1.000 gr. y mide unos 35 cm.

Sobre el séptimo mes se va completando la maduración de sus órganos (pulmón, aparato digestivo…). A partir de ahora vuestro hijo o hija empezará a engordar porque su cuerpo ya acumula grasa.

Durante el octavo y noveno mes, vuestro bebé sigue creciendo hasta alcanzar el peso que tendrá en el nacimiento, alrededor de los 3 ó 3,5 kg. Su longitud es de unos 50 cm. Durante estos meses le crece el pelo y las uñas, sus movimientos los notaréis de una forma más brusca. El feto tenderá a ponerse con la cabeza hacia abajo, es decir, hacia la pelvis en dirección al cuello del útero. Ésta es la postura más adecuada para el parto y desde ese momento ya no se moverá tanto.

El primer trimestre es de formación, el segundo de perfeccionamiento y el tercero de maduración y crecimiento.

I.4. Las revisiones sanitarias durante el embarazo

En las revisiones te orientarán sobre los pasos que debes seguir para que se atienda adecuadamente tu embarazo.
Esto es especialmente importante si:
• Padeces alguna enfermedad importante.
• Tomas alguna medicación de forma habitual.
• Has tenido problemas en embarazos anteriores.
• Existen antecedentes en tu familia o en la de tu pareja de enfermedades hereditarias, que son aquéllas que pueden transmitir madres y padres a sus descendientes.

En cada centro sanitario se desarrolla el “Proceso de Atención al Embarazo, Parto y Puerperio” en el que se determina el número y frecuencia de las consultas, las pruebas o exploraciones que se realizan a las embarazadas, así como las actividades educativas que se llevan a cabo.

Este proceso ofrece cuatro actividades principales, que son:
1. Consulta preconcepcional.
2. Seguimiento del Embarazo.
3. Educación Maternal.
4. Visita Puerperal o Post-Parto.


1.4.1. LA CONSULTA PRECONCEPCIONAL
Es importante que acudas a tu médico o médica cuando quieras quedarte embarazada, para identificar posibles
riesgos y administrar ácido fólico, que es una vitamina necesaria para evitar de forma precoz algunas
malformaciones.

1.4.2. EL SEGUIMIENTO DEL EMBARAZO
Las consultas de seguimiento del embarazo se llevan a cabo por el personal sanitario de atención primaria y atención
especializada. Los equipos de atención a la embarazada están formados por médico/a de familia, especialistas en
ginecología, matrón/a y enfermero/a.

Dentro del “Seguimiento del Embarazo” el personal sanitario realiza una serie de actividades que, de forma general,
son las siguientes:

Actualizar tu Historia Clínica y apertura del Documento de Salud de la Embarazada o Cartilla Maternal.
• Petición de Analíticas Generales y/o Especiales (suelen solicitarse dos o tres analíticas).
• Exploración General que incluye toma de tensión arterial, peso y talla, y una exploración de los principales órganos del cuerpo.
• Exploración del aparato genital, las mamas y toma de una muestra para Citología, si es necesario • Prueba de tolerancia a la glucosa, que en la mayoría de los casos suele hacerse entre el sexto y séptimo mes.
• Otras pruebas, como la medición del tamaño del útero, para valorar como va creciendo, o escuchar el latido fetal.
• Ecografía: abdominal y/o vaginal. En general suelen ser cuatro, una por cada trimestre, aunque pueden ser menos o más, en función de cómo discurra tu embarazo.
• A veces es necesario que se realicen otras pruebas o consultas a otros especialistas en función de tus antecedentes o por enfermedades previas o actuales.

Es necesario vigilar periódicamente el embarazo para fomentar la salud de la madre y del futuro bebé y para disminuir el riesgo de complicaciones en el parto.

Durante las visitas podrás estar acompañada por tu pareja o cualquier otra persona de tu confianza.
Además en cada una de ellas, debes preguntar y plantear las dudas que tengas. Una buena relación con el personal sanitario que atiende tu embarazo aumenta tu seguridad y tu tranquilidad durante el mismo.
El número de visitas suele oscilar entre 8 y 10 (una por mes), pero puede variar en función sobre todo de las necesidades de tu embarazo. La frecuencia de las visitas suele ser mayor al final del mismo.
En este proceso se vigilan los denominados “embarazos de bajo riesgo”, es decir los embarazos sin complicaciones o aquellos que se presentan acompañados de trastornos o enfermedades leves.
En ocasiones un embarazo puede necesitar ser más vigilado o realizar pruebas especiales. Estos casos serán atendidos en las consultas de vigilancia del embarazo del hospital de referencia.


El Documento de Salud de la Embarazada
Todos los datos obtenidos en cada visita se anotan en el “Documento de Salud de la Embarazada”, que también se denomina “Cartilla Maternal”.
Es muy útil porque contiene toda la información sobre tu embarazo y otros datos clínicos necesarios en caso de precisar asistencia sanitaria en cualquier momento de la gestación, sobre todo si vas a ser atendida en un centro distinto del que vigila tu embarazo.

1.4.3. SEÑALES DE ALERTA DURANTE EL EMBARAZO
Si durante el embarazo observas o notas algunos de los síntomas que se describen a continuación, debes comunicarlo inmediatamente a tu médico o médica de familia o al personal sanitario que vigila tu embarazo.

1. Pérdida de sangre por vagina, por pequeña que sea.
2. Dolor abdominal intenso y continuo.
3. Nauseas y vómitos intensos.
4. Fiebre mayor de 38 grados.
5. Disminución repentina y acusada de la cantidad de orina.
6. Dolor y escozor al orinar
7. Hinchazón repentina de pies, manos y cara.
8. Mareos intensos o trastornos de la visión como aparición de manchas, destellos de luz, etc.
9. Dolor de cabeza fuerte y persistente.
10. Pérdida de líquido por vagina, acompañado o no, de escozor o picor genital.
11. Cambio brusco del tamaño del útero.
12. Ausencia de movimientos fetales, a partir del 5º mes.
13. Presencia de contracciones fuertes e intensas, o muy frecuentes.

Estos signos no tienen por qué indicar necesariamente problemas graves para tu salud o la del bebé pero, ante la duda, acude rápidamente a tu centro sanitario.

Debes acudir a tu Centro Sanitario ante la presencia de signos anormales que no cedan y que te produzcan malestar general.

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